XILOGRAFÍA
En esta breve nota comparto mi amor por el grabado
y cómo fue el recorrido que me ligó a él.
Por
Gabriela García Guerra
Esta pasión comenzó en la Cátedra de Grabado del año 1996 (en primero, sexta). Yo no tenía idea ni siquiera que existía ese modo de “dibujar”. Y me enamoré del grabado perdidamente. El profesor Waku fue quien me hizo amar esta forma tan hermosa de contar con imágenes que es la xilografía.
Aunque me recibí de profesora nacional de dibujo y pintura (y no seguí la orientación de grabado), nunca dejé de sentir la necesidad de estampar, así que con la ayuda de la familia me compré una prensa.
Actualmente soy docente de tiempo completo, por lo que me resulta muy complicado empezar y terminar proyectos. También hallo complejo elegir una sola técnica para poder contar una o varias historias (ya sea para un libro, para una remera, o hacer un simple dibujo). Me reconozco como una persona inquieta, a quien le gusta trabajar con diferentes materiales, lo que me hace muy feliz
En estos últimos años, en mi búsqueda de poder reencontrarme con aquellos tiempos de grabado de 1996, me crucé con una ilustración en particular de Quique Alcatena: Merlín. Gracias a ese encuentro –que fue durante el querido 2020– y con el permiso del “maestro”, empecé el siguiente proyecto: hacer una versión de Merlín con linograbado. Estoy y estaré eternamente agradecida a Quique.
El mundo del arte es bellísimo e inagotable. Lo elegí y lo voy a elegir siempre. Lo considero una búsqueda apasionante. Y, como diría mi amigo Poly Bernatene (a quien le agradezco infinitamente muchas charlas) lo mejor es no trabajar solos.
Gabriela García Guerra
galería ADA
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