palabras para juan

HISTORIETISTA - DIBUJANTE - ILUSTRADOR 03/07/1982 - 07/05/2024

 

Por Poly Bernatene

 Miembro de la Comisión Directiva, sus compañeros de trabajo, sus amigos, lo extrañamos a montones. Orgullosos también de haber compartido tiempo con él, lo recordamos por siempre con todo el cariño que merece la gran persona que fue. Un hombre amoroso en todos los sentidos porque además de talentoso dibujante era el tipo más querible del mundo, siempre dispuesto a ayudar, comprometido con el mundo y el oficio que tanto amó.

 En los chats del grupo de Whatsapp de la Comisión Directiva, por ejemplo, nos hace falta ese personaje que aportaba humor ácido, divertido y a la vez crítico en el día a día de nuestro trabajo en la Asociación.

 Lo recordamos con su voluntad para venir a colaborar en el armado del Día del Dibujante del 2023 a pesar de que el tratamiento médico lo tenía por el piso. Pesaban más sus ganas de celebrar y sumar su granito de arena.

 En su último mensaje a la CD, no sabíamos que era su despedida, nos decía: “Estaremos aguantando el palo y con el pin de ADA hasta el último momento”.

 Leandro Damián Alvarez eligió ser Juan Caminador, y así queremos recordarlo: Caminando FELIZ entre dibujos y amigos que por siempre lo querrán.

 

Por Cristian Mallea

 La primera vez en la vida que di clases de historieta junto a Ángel Mosquito y Dante Ginevra en un local de Ituzaingó (propiedad de Richard Cardozo y Oscar Ávila), llegó a nosotros un adolescente de pelo vaporoso y ojos grandes, llenos de fantasía. Se llamaba Leandro Álvarez y traía una carpeta con dibujos de influencia variada, un poco de manga, otro poco de historieta argentina. Él conformó con otros dibujantes –Camila Torre Notari, Martin Lietti, Darío Brabo, ahora profesionales– ese primer semillero de oro de lo que luego sería la Escuela Zoppi. Leandro era uno de los más grandes, así que le cabía el rótulo de capitán y todos sus compañeros lo admiraban y seguían. Cada sábado imprimíamos un fanzine, a veces grupal, a veces solista. El se hacía notar no solo por la calidad de sus dibujos sino también por su narrativa. Recuerdo especialmente su primer fanzine apaisado y en serie: “12 hs”, que prometía “pequeñas grandes historias” por “Juanito Prod.”, circa 2002. Siguieron luego la creación del grupo autoeditor “El Grafo” y su revista antológica Demasiada Cafeína, de 2004. Todavía como Leandro Álvarez, ese mismo año lanzaría “La leyenda de Juan”, que adelantaría la aparición del seudónimo con el que luego se lo reconocería.

 Luego vendría la historia más conocida: Juan Caminador se convertiría en uno de los ilustradores más interesantes del nuevo siglo. Sus trabajos para SM, Santillana, Edelvives, Mc Graw Hill o Atlántida así lo demuestran. Pero quizá el mejor legado que ha dejado –aparte de su militancia comprometidísima con ADA– sea la historieta con guión del español Abel Alves, “Segunda venida”, publicada por Loco Rabia en Argentina. Una maravilla por donde se la lea.

 Hablar de él así, en tiempo pasado, se me hace intolerable e increíble: no se mueren tus alumnos. Nunca se mueren. Por eso les pido, en mi nombre y en el de toda la comunidad de la Zoppi, que no se olviden de Juan Caminador. Que lo busquen, que lo lean. Estoy seguro que tiene algo para enseñarles.