Ilustración, pasión y liderazgo

Me gustaría comenzar este homenaje con dos citas: “Para ver cierro los ojos”, (Paul Gaughin); y “Apunta a la luna. Incluso si fallas, caerás entre las estrellas” (Les Brown).

Por Myrian Bahntje  

Premio Pregonero de Honor 2024.

Nuestros logros fueron en algún momento un deseo, un sueño, algo que imaginamos apretando los ojos, como si así pudiera acontecer la magia de que se concreten. Luego, sucede la vida misma: al deseo hay que bajarlo a tierra. Por los sueños hay que trabajar y realizar esfuerzos que ni imaginamos. Muchos de ellos quedan inconclusos, divagando por el universo, acumulándose  en dimensiones inconmensurables. Sucede que hacer realidad los sueños requiere de valor, mucha pasión, sabiduría, coraje y un buen chaleco anti-golpes

 Para la alegría de muchos –especialmente de quienes integramos la Asociación de Dibujantes de la Argentina- hubo un hombre que imaginó con ojos nuevos una agrupación de dibujantes federal. Una en la que pudieran participar tanto aquellos ilustradores que dan sus primeros pasos, como los experimentados y de trayectoria. Es posible que otros dibujantes también hayan estado en sintonía con esta idea, pero sin ninguna duda, Poly Bernatene fue uno de los primeros en animarse a “ir por ella”.

 Poly nació en 1972 en Buenos Aires, estudió Bellas Artes, carrera que le permitió manejar diferentes técnicas y jugar con la experimentación. En su recorrido profesional, transitó la publicidad, la animación, los comics y en los últimos años se desarrolló como autor integral. Sus publicaciones -de más de ciento veinte libros infantiles y juveniles- recorren la Argentina y varios países del mundo como México, España, Inglaterra, Australia, Dinamarca, Bélgica, Alemania, Francia, China, Taiwan, y Estados Unidos. Algunos de sus libros se han traducido a diferentes idiomas como el Alemán, Coreano, Serbio, Griego y Francés. También ha colaborado en revistas como Jardín y Genios de Clarín y como Co-director de arte de la revista Bonsai.

 Los reconocimientos a su trabajo como ilustrador no se hicieron esperar. Desde 1998, año en que fuera destacado en la segunda Bienal de Arte Joven por “Animales de los espejos”, ha recibido diferentes distinciones nacionales. Su libro de autoría integral “Cuando no llega la noche” fue galardonado como Mejor ilustración destacada ALIJA 2010. En el exterior también ha sido muy premiado. “Cuando no llega la noche” fue nominado por The CILIP Carnegie and Kate Greenaway Children’s Book Awards 2011,  The English 4-11 Awards for the Best Children’s Book Awards 2011 y  The White Ravens 2011.

 Por otra parte, en 2024 fue destacado con el Premio Pregonero de Honor por su trayectoria como ilustrador y su aporte a la cultura del libro a partir de su labor realizada desde la Asociación de Dibujantes de la Argentina, la cual preside desde  2021. A la ADA llegó el 1 de diciembre de 2003. Así quedó registrado en ficha papel, como se hacía en ese entonces –ficha que él aun conserva con mucho cariño–. A partir del año 2011 comenzó a tener una actitud más activa desde la Comisión Directiva, para luego ser vicepresidente, acompañando a Quique Alcatena en su presidencia. En el año 2021 ocupó la presidencia y su objetivo siempre ha sido el mismo: el fortalecimiento y la difusión de la profesión y su modus operandi, el trabajo colectivo, horizontal y federal.

 

 Sería imposible enumerar todos los logros obtenidos por la asociación desde que Poly comenzó a militar en la Comisión Directiva. A continuación citaré algunos para que se dimensione su labor:

• En 2013 se realizó la muestra itinerante Trazar un Futuro para visibilizar la necesidad de contar con el Instituto Nacional de las Artes Gráficas (INAG).

• A partir de 2015 se  federalizó la asociación. Se crearon sedes en el interior de la provincia de Buenos Aires y en otras provincias. Bahía Blanca fue la primera sede en conformarse.

• Se organizó el trabajo en Comisiones. Poly integra y trabaja en la Comisión de Jornadas Profesionales, en la Comisión Educación, en la Comisión IAs y la que concierne a esta revista. Entre los logros más importantes de estas comisiones se encuentran: la realización ininterrumpida de las Jornadas Profesionales de Ilustradores (en el marco de la Feria Internacional de Buenos Aires desde el 2012); la incorporación de la Semana de las Artes Gráficas y Audiovisuales al calendario escolar de todos los niveles y modalidades del sistema educativo de la provincia de Buenos Aires desde 2021; la gestión realizada conjuntamente con el Foro Internacional de Autores para la modificación de las Bases del Premio Iberoamericano de Artes Visuales; la  reciente presentación de un proyecto a la Cámara de Diputados del Congreso de la Nación sobre la regulación de las IAs conjuntamente con la puesta en marcha del INAG y el Premio Hormiguita Viajera 2024 a la Revista Sacapuntas.

 Poly no desempeñó su labor en solitario y él sería el primero en destacar que todos estos logros son posibles porque hay un gran equipo detrás, porque los esfuerzos son compartidos. Pero la impronta de su liderazgo en el armado, organización y libertad otorgada para la acción es su gran mérito. No solo le puso el hombro a cada proyecto, sino que posibilitó que otros accionaran para que las cosas sucedan. 

 Por supuesto que aquí cuento los triunfos -que son muchos más de los expuestos- y no los tropiezos, que también deben haber sido más de los que conozco. Sucede que el hacer tiene sus consecuencias. A veces se trabaja mucho por proyectos que no se logran concretar. A veces las diferencias internas le ganan a los objetivos en común. En ocasiones dependemos de personas que nos desilusionan. A veces erramos el camino, a veces fallamos. Y en todos estos casos, Poly también le puso el hombro. Seguramente, en más de una oportunidad, debe haberse preguntado si valía la pena dejar tanto –familia, trabajo personal, amigos…– en pos de lo colectivo. Más de una vez debe haber querido patear el tablero (metafórica y literalmente).  Puede que también se haya planteado por qué no invertir todo ese tiempo en su carrera y que el resto vea qué puede hacer con la suya. Sin embargo continuó gestionando oportunidades para la asociación.

 Pienso que en ocasiones naturalizamos la generosidad de personas como Poly y no alcanzamos a ver el esfuerzo puesto detrás. Él podría haber tomado otras decisiones, podría seguir siendo un ilustrador exitoso pero con más horas de sueño y menos preocupaciones. Pero claro, de haber tomado ese camino, no hubiera sido Poly, y de haber sido así, ADA sería otra.

 Poly es ese hombre que a sus 31 años se acercó a ADA –quizás al principio sin muchas aspiraciones– con la creencia en las posibilidades de la construcción colectiva. Y como lo que se cree se crea, Poly fue adentrándose cada vez más en la construcción de este colectivo en pos de fortalecer a los profesionales del lápiz. Para ese entonces, él sabía que debía apuntar a la luna, para al menos alcanzar las estrellas, y apuntó a Marte. Los demás lo seguimos con entusiasmo, contagiados por la visión de una asociación de la cual sentirnos orgullosos como orgullosos nos sentimos de él.

(Cabe aclarar que Poly, como parte integrante de esta revista, supo de la idea de hacer esta nota y nos dijo que no quería, que no hacía falta. Pero el dejar que los otros tengan voz y voto ¡tiene sus consecuencias!).

 

Poly Bernatene

galería ADA 

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