Carrera de grado, postítulo y tecnicatura son grandes herramientas con las que contamos hoy. Aquí compartimos nuestra charla con representantes de las escuelas de Artes Visuales Martín Malharro y Lino Enea Spilimbergo; y la videoconferencia con los co-directores del Programa de Actualización en Ilustración Profesional de la FADU.
Históricamente, quienes se dedicaban al oficio de ilustrar, provenían de una formación autodidacta, de transitar por talleres de grandes maestros y/o carreras ligadas al diseño gráfico o las tradicionales bellas artes; no existía una oferta académica, al menos no en el país, para acceder a la formación de ilustrador. Todavía hoy, la gran mayoría de los ilustradores no cursaron una carrera en ilustración. El hecho de que actualmente contemos con la carrera de grado y el postítulo es, sin duda, parte de un cambio sustancial en la percepción de esta área del conocimiento y del lugar que la ilustración ha ido ocupando en el campo laboral, principalmente ligada al área de servicios. Esto mismo es planteado en la nota “Nuestro arte en el mundo” en el número 23 de esta revista. Según la Real Academia Española, ilustrar del latín illustr?re, significa —entre otras acepciones— “adornar un impreso con láminas o grabados alusivos al texto”; “dar luz al entendimiento”. Estas acepciones ponen de manifiesto que la ilustración puede perseguir distintos fines según las circunstancias. Por lo tanto, el ilustrador debe formarse para dar respuesta a esta diversidad, debe aprender a crear imágenes para adornar — un impreso, una taza por ejemplo— pero también debe aprender a crear imágenes para conceptualizar una idea. Esto es, contar una historia con recursos visuales, “iluminar” un texto, construir sentidos más allá del soporte y el medio. Y ello implica transitar por diversas materias —teóricas y prácticas— y recorrer parte del mundo de creación analógico y digital en un contexto en que las posibilidades se multiplican, los campos de creación se expanden y, a veces, se funden entre sí.
En la provincia de Buenos Aires, las instituciones pioneras en sumar a su oferta académica la Tecnicatura en Ilustración fueron la Escuela Martín Malharro de Mar del Plata y la Escuela Lino Enea Spilimbergo de Bahía Blanca. La Universidad de Buenos Aires sumó también el Programa de Actualización en Ilustración Profesional en la FADU.
En algún momento, cuando pase la pandemia, podremos volver a transitar por el interior de estas escuelas tatuadas con expresiones de toda índole. Estas instituciones de arte son mundos paralelos en los que por momentos el tiempo se detiene en instantes de reflexión silenciosa, de observación detallada, de producción sostenida… y por momentos, el tiempo se acelera en acalorados debates sobre temas que no encuentran conclusiones definitivas, porque siempre podremos seguir pensando la especificidad del lenguaje y sus reglas de juego. Siempre habrá lugar para lo disruptivo, la imaginación ilimitada y las fronteras teóricas. Siempre jugaremos entre el paisaje infinito y el límite del alambrado (que algunos se animan a saltar).
Adentrarse en las escuelas de arte es caminar entre esos silencios y los sonidos de las voces entrecortadas entre mate y mate —que post COVID-19 se multiplicarán en versión individual— siempre testigos de la vida cotidiana de quienes habitan estas casas. ¡¡Si los mates hablaran!!
Con estas destacadas instituciones conversamos y compartimos con ustedes nuestras charlas.
+ Myrian Bahntje
Escuela de Artes Visuales Martín Malharro
(Mar del Plata)
Conversamos con Solana Guangiroli (Directora de la escuela y docente en las carreras de Ilustración, Realizador en artes visuales, Profesorado de artes visuales y Formación Básica) y con Claudia Salaverry, (Jefa de Área de la carrera de Ilustración desde el 2013).
¿Cómo nace la carrera de Ilustración en la Escuela Martín Malharro y en qué consiste el trayecto formativo de la misma?
La carrera de Ilustración nace a mediados de los 80, en un contexto institucional de innovación. La escuela tenía hasta ese momento las carreras de: Profesorado en artes visuales —se llamaba Magisterio por aquellos años—, Realizador en artes visuales y un curso de Diseño Gráfico que se transformaba en carrera. Con la llegada de la democracia la Escuela Malharro propuso su propio plan de estudios: el Plan Piloto. Allí surge la carrera de Fotografía y la de Ilustración, únicas y primeras en el país. Por aquellos años también se creó lo que se llamaba el Preparatorio, que en los 90 ? se transformó en la formación básica. Ese ciclo preparatorio unificaba a todos los ingresantes en un año común para nivelar los saberes artísticos necesarios para ingresar a cualquier carrera. Este ciclo de pregrado hoy también se cursa como la Formación Básica, y es requisito para el ingreso a todas las carreras de Artes Visuales. Actualmente, la carrera de Ilustración cuenta con dos titulaciones: Técnico Ilustrador (al finalizar el 3er año) e Ilustrador profesional (al culminar el 4to año).
¿Qué posibilidades de inserción laboral tienen los egresados de la institución?
La carrera de Ilustración tiene una amplia inserción laboral, de hecho es la carrera que más ha crecido en los últimos 5 años. Los estudiantes conocen el prestigio que tiene la carrera y sus egresados. La escuela organiza sus contenidos en forma progresiva abarcando todas las áreas profesionales de la Ilustración para que sean futuros profesionales versátiles, con amplios conocimientos como para trabajar de manera freelance o en relación de dependencia. Además ofrecemos programas de pasantías con empresas para todas las carreras. Los estudiantes de ilustración son muy requeridos y se generan jornadas, conversatorios e interacciones con profesionales. Quienes egresan también brindan su experiencia a las nuevas generaciones de estudiantes, algunos incluso son docentes de la institución y eso también enriquece las posibilidades de crecimiento. Entre nuestros egresados contamos con empresarios de la animación, coloristas para revistas europeas, historietistas, creativos para videojuegos, y también quienes trabajan para fábricas textiles locales.
Si jugáramos a “expectativa versus realidad”, ¿con qué imaginario ingresan los alumnos a la carrera y qué van descubriendoen el camino?
En ilustración la mayoría ingresa pensando que dibujarán lo que les gusta, con una cierta fantasía sobre la carrera. Nuestro enfoque es más profundo, queremos generar profesionales críticos que puedan hacer múltiples trabajos: colorear una viñeta, generar una ingeniería en papel para un libro, ser creativos para un art concept en una película, una fábrica textil, o un video juego. Nuestra propuesta es profundizar en la profesión y creo que a lo largo de la carrera lo van descubriendo. Entienden la situación de la demanda y que tienen que tener la capacidad de adaptarse a trabajar para cualquier área. Luego con la experiencia buscan su especialización. Nuestro cuerpo docente se actualiza constantemente, creo que eso es una ventaja. Los estudiantes nos llevan el ritmo, traen las inquietudes y hay que estar atentos a sus propias demandas.
También tenemos muchos proyectos. Uno de ellos es un acuerdo con el Museo de Ciencias Naturales Local para lo que es ilustración científica; otro es con el Diario local y la ilustración editorial de notas de la sección cultural. Además en cuarto año se trabaja en un proyecto de Infografías, en un lenguaje bimedia en donde se interactúa el texto y la ilustración. También se han ilustrado cuentos infantiles de un concurso de la Dirección General de Cultura y Educación. Además, nuestra propuesta para todas las tecnicaturas es conectar a los estudiantes con ONGs y hacer proyectos en conjunto desarrollando el oficio. Otra actividad que se lleva a cabo todos los años son las jornadas de charlas a las que invitamos a egresados o a profesionales del área; y la Usina del Arte, una muestra anual que se realiza en el Teatro Auditorium de Mar del Plata —aunque desde el 2020 la situación sanitaria obligó a realizarla en forma virtual—. La muestra puede verse en nuestra web y allí se exhibe lo mejor de la producción anual de toda la escuela, incluida la carrera de ilustración.
“Queremos generar profesionales críticos que puedan hacer múltiples trabajos: colorear una viñeta, generar una ingeniería en papel para un libro, ser creativos para un art concept en una película, una fábrica textil, o un video juego. Nuestra propuesta es profundizar en la profesión”
¿Cómo evidencian el futuro de la carrera?
La carrera de ilustración creció ampliamente en los últimos 5 años. En otros momentos el diseño tuvo mucho auge y ahora notamos que es la ilustración. Tal vez sea porque hoy se conoce más sobre esta profesión, pero también creo que se debe a que el trabajo de ilustrador/a se diversifica y se profundiza, y eso hace que sea una carrera con mucho crecimiento y futuro.
¿Qué mensaje les gustaría dejar a todos aquellos interesados en estudiar esta carrera y a los actuales alumnos de la misma?
La ilustración es una hermosa profesión, con creatividad, con diversidad, con posibilidades reales de trabajo, pero nada se consigue sin esfuerzo. Como todo lo que se hace bien, lleva muchas horas de aprendizaje, y a la vez muchas satisfacciones. Por suerte somos conscientes de que nuestra carrera de Ilustración forma profesionales críticos, diversos y versátiles. Invitamos a quienes lo deseen a venir a estudiar Ilustración a la Escuela Malharro, fundadora de la carrera de ilustración y agradecemos a ADA por este contacto. Es una asociación que tiene a muchos de nuestros egresados como socios.
Escuela de Artes Visuales de Bahía Blanca, Lino Enea Spilimbergo
Conversamos con Andrea Ginter, docente de la institución desde 1997 y Jefa de Área de las carreras de Diseño e Ilustración.
¿Cómo nace la carrera de Ilustración en la Escuela de Artes Visuales Lino E. Spilimbergo y en qué consiste el trayecto formativo de la misma?
La Escuela de Artes Visuales comenzó hace 89 años (en 1932). Actualmente cuenta con siete carreras —entre tecnicaturas y profesorados— en tres turnos bien diferenciados; con una cantidad que se aproxima a los mil estudiantes en su matriculación anual. El ingreso es a partir de una preinscripción online en el mes de noviembre a Formación Básica. Luego de ese año de cursada, el estudiante elige la carrera a seguir. La carrera de Ilustrador Profesional nace a partir de la gestión realizada en el año 1999, y en 2003 se concreta definitivamente siendo una de las últimas carreras en incorporarse a la escuela. Su duración es de cuatro años con un título intermedio de Técnico en Ilustración.
¿Qué posibilidades de inserción laboral tienen los egresados de la institución?
Las posibilidades de inserción son cada vez mayores. Nos encontramos en un momento histórico donde el consumo, la producción y el estudio de los diferentes discursos sociales nos abrieron una puerta nueva a otras formas de desarrollar contenido a partir del uso de las imágenes como medio de comunicación. En nuestro caso es prioridad la comunicación con nuestra comunidad próxima y realizar vínculos fortalecidos a partir de las redes sociales. Es innegable que son el futuro y es una fuente primordial de trabajo. Nuestras intenciones son incentivar a los estudiantes a desarrollar su Blog y CV mientras gestan la cursada, así pueden consultarnos sobre cualquier preocupación, y generar muestras y ferias de arte para que puedan presentar sus trabajos, hacerlos circular y competir con otras imágenes reconocidas mediáticamente.
Seguramente hay muchas experiencias para contar pero las más cercanas son el desarrollo de pasantías en editoriales para la producción de contenido de Nivel Inicial; pasantías de apoyo a diseñadores gráficos; trabajos realizados junto con la Universidad Nacional del Sur (UNS) —con el departamento de Biología— sobre la Ría de Bahía Blanca; realización de propuestas para el Canal Pakapaka “Ventanas al mundo”; algunos alumnos han trabajado en la reinterpretación de cuentos motivando una problemática sobre la Educación Sexual Integral (ESI); y se han gestado charlas con egresados y egresadas para que nos cuenten sus vivencias y realidades. Todas estas propuestas son encabezadas por docentes que se suman en proyectos interdisciplinarios.
La Semana de las Artes es otra excelente experiencia que se organiza entre las escuelas de artística de la ciudad. Más allá de la repercusión de las charlas, las clases y los cursos que se presentan, se ha logrado que quienes participen se relacionen entre las diferentes carreras reconociendo las labores profesionales de las diferentes áreas y la diferencia de los objetivos de cada una. Paulatinamente logramos una representación en la sociedad que observa y participa sugiriendo otras miradas a la propuesta educativa desde las redes sociales.
Es muy importante entender que se encuentran transitando una carrera a nivel profesional y puedo decir con orgullo que vamos transformando esa mirada a través de los años. Sabemos que la parte más compleja es la inserción y el sostenimiento en el campo laboral, pero... ¡Levante la mano quien tenga el trabajo asegurado en este y muchos ámbitos! (Comenta sonriendo)
Si jugáramos a “expectativa vs realidad” ¿con qué imaginario ingresan los alumnos a la carrera y qué van descubriendo en el camino?
Muy buena pregunta. En primer año siempre consulto por qué están estudiando la carrera, qué piensan las personas que rodean su entorno con respecto a sus expectativas y cómo definen su profesión. Con mucho agrado he observado que las expectativas fueron cambiando. Lo más escuchado al principio es: “no sabía que la carrera existía por eso empecé tan tarde”, “a mi familia no le gusta que estudie esta carrera”, “no saben para qué sirve”, “me gusta pero no puedo definirla...sí puedo definir qué hace un médico o un abogado”, “cuando termino de explicar qué es lo que hago me dicen ¡Ah, hacés dibujitos!”.
Hoy es diferente, nuestra percepción sobre las ilustraciones cambió y las personas comenzaron a ser más receptivas al lenguaje visual. Esto habilitó otro tipo de respuestas: “mi familia desea que sea feliz, que trabaje de lo que me gusta ...después veremos”, “se dieron cuenta que dibujo muy bien desde chica”, “mis amigos me apoyan y promocionan mi carrera en las redes”, “no puedo estar en otro lugar que en la escuela de arte”, además se suma la creciente posibilidad de definir la importancia de la imagen visual y la idea general —y no acabada aún— de aquello que es ser un Ilustrador Profesional.
Entiendo que las redes sociales nos han ayudado y acompañado, pero en la realidad se encuentran con profesionales de gran trayectoria y experiencia dentro de la escuela que habilita a pensar en la ilustración como un proyecto de vida. Este cambio de representaciones sociales sobre el rol del creador de arte es muy importante porque la escuela les brinda una noción de responsabilidad, entrega, uso de los tiempos, interpretación de consignas, seguimiento de entrevistas con posibles clientes y análisis de situaciones comunicativas ilustradas. No es la idea bohemia de dibujar, sino que la carrera se basa en preparar profesionales para responder a una necesidad de comunicación visual.
¿Cómo evidenciás el futuro de la carrera?
El futuro de la carrera se observa muy prometedor. Comenzamos hace tiempo con una matrícula en primer año de cinco alumnos y en este momento los inscriptos superan los 30. Si bien la carrera tiene una estructura curricular que organiza y desarrolla un plan educativo con materias anuales —que se pueden ver en nuestra página web—, por el momento no poseemos un diseño curricular concreto por parte de la Dirección de Educación Artística. Esta situación nos da la posibilidad de plantear cambios a partir del contexto en el que nos encontramos, abordando o desarrollando, dentro de nuestras posibilidades, nuevos desafíos, como por ejemplo el debate entre el tiempo de uso de la tecnología y las diferentes técnicas de dibujo que se pueden aprender con las mismas.
Igualmente logramos ciertos acuerdos que parten de las preocupaciones de los docentes, como poner el acento en la observación, análisis y acompañamiento del proceso de producción; organizar marcos conceptuales que nos ayuden a la interpretación de la información, comprensión y desarrollo de piezas con sentido, adecuadas a la realidad del contexto que se quiere interpretar; la formación de personas con una perspectiva adecuada, consciente y responsable para resolver problemas y necesidades de la vida cotidiana; y la aplicación de diferentes técnicas para lograr expresiones claras y concretas de aquello que se quiere representar. Este último punto es fundamental para el desarrollo del ilustrador profesional. Así como una persona de la literatura busca, investiga, desarrolla, propone palabras y texto para una producción literaria, nuestra responsabilidad como ilustradores es el uso y conocimiento de los materiales y las técnicas para representar aquello de lo que queremos hablar, contar, expresar.
“Nos encontramos en un momento histórico donde el consumo, la producción y el estudio de los discursos sociales nos abrieron una puerta a otras formas de desarrollar contenido a partir del uso de las imágenes como medio de comunicación”
Por último, ¿qué mensaje te gustaría dejarles a aquellos interesados en estudiar esta carrera y a los actuales alumnos de la misma?
¡Qué desafío! En general sostengo que motivarse a descubrir qué es aquello que nos interesa puede llevarnos por diferentes caminos. Pensar en el futuro es mucho peso cuando vemos todo incierto. Pero si tenés en tu mente un proyecto de vida (no el único) que nos incluya, dónde quieras ser parte de este tipo de lenguaje visual —entendiéndolo como un medio de comunicación de discursos sociales sin fronteras reconocidas, que puede ser captado y reconocido por personas de diferentes culturas— y además sentís una especial atracción y te interesa el aprendizaje de diferentes técnicas y representaciones, este es un camino posible.
A quienes cursan la carrera me gustaría hacerles una recomendación: no desarrollen su profesión en soledad. Contáctense con sus docentes de manera genuina. Ellos tienen muchas experiencias para contarles sobre la profesión además de su recorrido académico. Observen sus proyectos visuales, cómo evolucionan, cuestionen y cuestiónense. ¡Desafíense!
Posgrado en FADU
En 2020 comenzó el Programa de Actualización en Ilustración Profesional de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires. Compartimos en el siguiente link la video conferencia que mantuvimos con los co-directores del programa: Laura Varsky, Florencia Capella y Martín Laksman.
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