A NUESTROS QUERIDOS MAESTROS

En este número homenajeamos a Oscar Capristo, Ernesto García Seijas, Rubén Marchionne y Tabaré. Grandes dibujantes e ilustradores dedican un recuerdo especial para quienes siempre serán parte de la historia del dibujo y la historieta nacional.

OSCAR CAPRISTO

GUIONISTA • DIBUJANTE • HISTORIETISTA

10/11/1962 • 19/05/2023

 

Capristo nació el 10 de Noviembre de 1962 en la ciudad Quilmes, provincia de Buenos Aires. Historietista e ilustrador argentino, a principios de los ochenta se formó como dibujante publicitario en la Escuela Municipal de Bellas Artes de Quilmes, donde se desempeñaba como docente.

Entre 1983 y 1985, Oscar Capristo estudió con Osvaldo Walter "Oswal" en la escuela de dibujo de Carlos Graycochea, y en 1986 comenzó como ayudante de Jorge Zaffino publicando en Óxido, suplemento de Fierro.

En Argentina publicó en Editorial Columba, en la revista Fierro de La Urraca y en la revista Caras y Caretas. Dibujó para Eura Editoriale de Italia, Arcana, Heavy Metal y S.Q.P de EEUU, y Judge Dreed Magazine de Reino Unido.

Trabajó con los mejores guionistas del panorama argentino Albiac, Ray Collins, Trillo, Saccomano, Barreiro, Barcarce y en especial con su gran amigo Ricardo Ferrari, con el que creó en 1996 el Graphic Murga Estudio.

Fuente: www.tebeosfera.com

Palabras para Oscar,
de Quique Alcatena

La partida de Oscar sacudió  al mundo de la historieta argentina. Éramos muchos los que no sólo lo respetábamos por su carrera profesional, sino que también lo queríamos (lo queremos) como un amigo entrañable. Fue un destacado historietista y un docente de alma. Escucharlo hablar sobre el medio que lo apasionaba, el de las viñetas y la narración gráfica, era un deleite. Nunca dejó de ser un fan, alguien que se entusiasmaba con el trabajo de los maestros y de los colegas, que podía charlar horas sobre los méritos de tal o cual artista, de tal o cual historia. Era ya una esperada costumbre reunirnos con él y otros colegas los sábados a la mañana en un bar de Caballito para enfrascarnos en esos debates inolvidables. E inolvidable será siempre para mí aquel último sábado, en el que estuvimos solos él y yo, cuando  llevó páginas de los muchos proyectos en los que estaba trabajando para mostrármelos. No sabíamos, cuando nos despedimos, que ése iba a ser el último encuentro, por lo menos en este mundo.

Oscar fue y es uno de los amigos más dilectos que me ha regalado este oficio que los dos amamos tanto. El hueco que ha dejado es imposible de llenar. Escribir estas líneas  es durísimo, pero nunca está de más celebrar la memoria de aquellos que queremos y admiramos. Gracias por tu amistad, Oscar. Gracias por acompañarnos a muchos, durante los años infaustos de la pandemia, con los encuentros por Instagram en los que junto a tu hermano Diego Aballay hablaban de historietas (todos los martes), brindándonos a tus fieles seguidores un respiro y un momento de alegría compartida. No hay día en que no te recuerde.

ERNESTO GARCÍA SEIJAS
MIEMBRO HONORÍFICO DE ADA • HISTORIETISTA

ILUSTRADOR
1/06/1941 • 28/03/2023

Ernesto Rudesindo García Seijas nació el 1º de junio de 1941 en la ciudad de Ramos Mejía, provincia de Buenos Aires. Desde muy temprana edad comenzó a dibujar en cada pedazo de papel que le caía a las manos.
Su primer trabajo como dibujante fue en la Editorial Fascinación; al poco tiempo comenzó a dibujar para la revista Totem una historieta que se llamaba Bill y Boss. En el año de 1958 empezó a trabajar para la revista “Bucaneros, el gigante de la historieta”, donde dibujaba a los piratas que daban título a la revista. También será inolvidable su trabajo en la revista Intervalo, de la recordada Helena, escrita por Robin Wood.
En sus últimos años, se encontraba trabajando en el diario La Nación, una historieta llamada Especies en peligro.

Fuente: www.tebeosfera.com

Palabras para Ernesto,
de Lito Fernández

Querido Ernesto: la casualidad nos reunió una vez en Rygó (libreria artística), comprando cosas.

Yo estaba con mi hijo más chiquito, Leandro.

Y fue la primera vez que te di la mano. Y ,bueno, a través de casi 50 años hemos estado en contacto, siempre. Ya nos encontraremos, en otro plano, pero nos encontraremos.

RUBEN MARCHIONNE

DIBUJANTE
1950 • 02/04/2023

Rubén (argentino de ascendencia italiana) se formó en el Instituto de Directores de Arte (IDA) en Buenos Aires con el maestro Alberto Breccia. Comenzó a dibujar historietas en la editorial Columba, hacia 1969. Sus primeros trabajos fueron historietas cortas, pero desde 1971 comenzó la serie: Tres por la ley, escrita por H. G. Oesterheld, la cual firmaría a lo largo de la década con otro autor, José Massaroli, para la revista Fantasía

Durante los setenta trabajó al mismo tiempo para publicaciones estadounidenses y para revistas de historietas argentinas. En Estados Unidos se empleó en historietas de horror, en cómics del sello Eerie Publications. Comenzó por Tales from the Tomb (en 1971) y luego en otras cabeceras de esa casa a lo largo de toda la década: Weird Vampire Tales, Horror Tales, Weird, Terror Tales, Tales of Voodoo, Witches Tales yTerrors of Dracula.

En su patria, se integró en el equipo conformado por Lito Fernandez, Szilagyi y Mandrafina para dar color a la serie Samos, que se ofrecía en El Clan de Mac Perro (suplemento de Billiken). También se creé que firmó historietas bajo el seudónimo Suchio en la revista Turay. Pero su trabajo más recordado de los años setenta fue sin duda la serie Dax, que dibujó Rubén sobre guiones de Robin Wood desde que arrancó en 1978 en la revista D’Artagnan Súper Álbum n° 13, de Editorial Columba. En total, realizaron juntos más de setenta episodios, hasta que Wood abandonó la serie en 1984. En la época en la que trabajó en Dax, Marchionne compartió estudio con Mandrafina y Macagno, quienes realizaban en paralelo historietas de Savarese y Los Amigos, entre otras. Un habitual invitado a este estudio, llamado ‘Las Tres M’, fue Enrique Breccia, que también participó en Dax –sin firmar- mientras se ocupaba se su propia serie, Ibáñez
Desde finales de los setenta, Marchionne trabajó para Record también, en series como: Alias Flic, Riff, ambas policiales y escritas por Saccomanno. En los años ochenta, dibujó Express Mulligan (para editorial Columba), con guión de Gustavo Amézaga (Manuel Morini) y, a inicios de los noventa, Iroqués, Time Hunter, y adaptaciones de novelas, como Baño de sangre, Borniche y El falso Mahdí, o de cine como Tiburón. Uno de sus últimos trabajos destacables fue su colaboración con Lito Fernández en Martin Hel, amén de los encargos cumplidos en el mercado británico e italiano, donde se desempeñó en los álbumes especiales editados allí de Dago. 

Fuente: www.tebeosfera.com

Palabras para Marchionne,
de Mandrafina

Me gustaría mencionar y destacar a mi querido amigo y compañero en aquellos años del estudio en la galería Güemes, Rubén Marchionne, que desgraciadamente nos dejó en estos días.

TABARÉ

DIBUJANTE • HUMORISTA • CARICATURISTA

21/08/48- 5/07/23

Tabaré Gómez Laborde, conocido artísticamente como Tabaré, nacido en La Paz, Canelones, Uruguay el 21 de agosto de 1948 se instaló en Argentina desde 1974 en Turdera, Buenos Aires, donde desarrolló su carrera como dibujante, humorista y caricaturista, autor de historietas, dibujos animados e ilustración de libros, destacándose en publicaciones como Noticias, Satiricón, Humor y diario Clarín y en las revistas infantiles Humi, Billiken, Disney y Genios. Conocido especialmente en Latinoamérica por su tira “Diógenes y el linyera”, publicada ininterrumpidamente desde 1977 en el diario Clarín de Buenos Aires.

Fuente: ADA

Palabras para Tabaré,
de Ana Mac Donagh

“Los dibujantes empezamos a serlo, desde el primer lápiz y con el primer garabato.”

 Tabaré, en su ficha de la Revista Humi.



Hay recuerdos que andan medio dormidos por ahí y de repente… algo los despierta y vuelven a nosotros como imágenes, olores o sensaciones olvidadas.

A mi me pasó el 4 de julio, cuando supe que había fallecido Tabaré y una parte de mi infancia platense, volvió nítida.

Allá por finales de los ‘70, aparecía la revista Humor. Un refugio para la libertad de expresión en épocas de censura y terrorismo de Estado. Un tesoro prohibido para mí, como para tantos que no teníamos más de seis o siete años. Se leía a escondidas o con la complicidad de primos mayores.

En esas páginas me encontré con “Vida interior".

La tira contaba la historia de un pueblo de bichos que vivían dentro de un cuerpo humano. Con nombres como Tifoideo, Globulina o Doña Ulcereta, que iba de compras al estómago… Digamos que tenían una vida cotidiana muy humana.

Seguramente los guiños irónicos sobre la realidad y la crítica social se me escapaban (los sobornos a los glóbulos blancos o la Secretaría de Información Microbiótica).

Pero había tantos detalles en las escenas, en los gestos, la picardía y la ternura de los personajes, que eran suficientes para atraparnos, sin importar la edad del lector.

En el ‘82 con la revista Humi, llegó “Bicherío”, otra historia con otros bichos, pero con la misma esencia. Y, entonces, ya no fue necesario leer a escondidas a Tabaré. 

Este no es un homenaje, o tal vez sí.

Prefiero verlo como un humilde agradecimiento por haber llenado nuestra niñez con esos personajes cotidianos y divertidos. 

Por haber dejado las primeras huellas, sin saberlo, en este camino de la ilustración que tanto nos apasiona.