La ilustradora Mariana Ardanaz comparte su proceso de trabajo como directora artística de la película “Vicenta” de Darío Doria
Por Gise Four
Los que conocemos el trabajo como ilustradora de Mariana Ardanaz estamos felizmente acostumbrados a disfrutar de los mágicos mundos que crea con plastilina. Sí, esa plastilina, la de la salita del jardín de infantes, material que adoptó como medio de expresión propio desde aquella época como estudiante luego de una propuesta de clase de un profesor en la Universidad de Artes Visuales de la Plata. Desde diciembre del año pasado tenemos la dicha también de apreciar una nueva faceta de su trabajo como directora de arte del largometraje documental “Vicenta”. Allí Mariana y su magia en plastilina dan vida a la historia de Vicenta y su hija menor Laura. Ella es una joven que sufre un retraso madurativo severo y cursa un embarazo producto de un abuso sexual para el cual Vicenta solicita que le practiquen la interrupción legal. Pero una jueza lo prohíbe a pesar de estar autorizado por ley para estos casos. Entonces Vicenta comienza una lucha incansable en pos de que los derechos de su hija sean respetados.
A continuación, Mariana “Maru” comparte el proceso de este trabajo tan movilizante y especial que se extendió a lo largo de 5 años desde que le llegó la propuesta de trabajo por parte del director Darío Doria hasta el estreno de la película en diciembre de 2020.
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Sobre “Vicenta”
Un día como cualquier otro recibí un mail de un tal Darío Doria, que de manera muy formal en su relato, me invitaba a conocer una historia que tenía ganas de contar en su próxima película documental. Me hablaba de hacer personajes de plastilina en tres dimensiones y escenografías pequeñas para probar si la historia funcionaba en ese lenguaje. Pensé que su idea tenía que ver con la animación en stop motion. Eso me dio pánico porque no tengo conocimiento al respecto y lo poco que sé es que es muy difícil. ¿Cómo le explicaba que ilustro con relieves de plastilina inmóviles? ¿Cómo le diría que si se trataba de stop motion no iba a poder hacerlo aunque la propuesta me pareciera interesante?
Por suerte no fue necesario. Los mails comenzaron a ser más frecuentes y poco tiempo después el trato formal cambió y nos encontramos para charlar más relajados. Desde ese momento siento que nos convertimos en amigos. Amigos que juntos comenzarían a transitar un hermoso camino de realización y lucha.
Finalmente Vicenta sería un largometraje documental con personajes de plastilina y escenografías a escala, pero no sería animado. Tendría movimiento de luces, cámaras y diferentes recursos que le dieran dinamismo. Esto representó un desafío muy importante para mí. Tenía que aprender a realizar personajes de plastilina (muchos) que pudieran sustentarse por sí mismos.
Miré miles de videos y formas de generar pequeñas esculturas y terminé en la técnica más tradicional, la que me habían enseñado en la escuela: un alambre que hiciera de “esqueleto” y una base de madera para mantenerlos parados.
Pero Vicenta tenía que ser la misma Vicenta a lo largo de toda la película y cualquier variación por más mínima que fuera podía hacer que sonara rara. Así que recurrí a un profesor de la secundaria (Mariano Rómulo, que hoy trabaja en el Teatro Argentino de La Plata) y me recordó cómo hacer un molde con yeso. Esto me permitió hacer réplicas de la cara de Vicenta para luego variar sus gestos partiendo siempre del mismo modelo.
El trabajo en equipo
Hay algo que para mí diferencia mucho la ilustración y el cine, y es el trabajo en equipo. Mi trabajo sería una parte del engranaje de la máquina que ponga a funcionar la magia. Eso me dio alivio y satisfacción porque amo trabajar con amigos, siento que los mejores resultados surgen de muchas personas pensando con un mismo objetivo en un mismo fin.
Además de gente encargada del sonido, la cámara, la producción, el montaje, el guión y tantas otras cosas, tuve el privilegio de compartir parte de la realización con amigas: María Ángeles Fiora y Valeria Margheritis. Ellas se encargaron de gran parte de las escenografías, las pintaron, hicieron detalles y generaron climas para que la peli se viera creíble y transmitiera sensaciones: olores, calor, frío, comodidad o malestar. Nos encontrábamos muy temprano en mi taller y pasábamos juntas todo el día. Debo decir que para mí esto no fue trabajo, para mí fue compartir con mis amigas lo que más me gusta hacer. Así, logramos terminar 32 escenografías entre risas, charlas y mates que nunca olvidaré. A su vez, Darío venía cada 15 días y se llevaba las escenografías y los personajes que habíamos terminado —muy bien embalados para que lleguen sanos y salvos desde La Plata hasta Flores—.
Procesos: Personajes principales y secundarios. Escenografías
Realizamos para la película un total de 120 personajes de plastilina (entre extras y personajes principales) y 32 escenografías de madera y cartón. Hoy lo escribo y no lo creo, pero así fue.
Esto pudo darse porque respetamos una organización maravillosa (gracias a Darío) que nos permitió dividir el trabajo en etapas. Fuimos produciendo, filmando y editando al mismo tiempo. De esta forma podíamos ver el resultado de lo que estábamos generando y ajustar los detalles necesarios para que se transmitiera exactamente lo que queríamos mostrar.
Fueron muy importantes las referencias, conocer a fondo la historia y comprometernos con lo que queríamos decir. La historia de Vicenta nos estaba pasando a todos.
Esto me ayudo a comunicar sentimientos con los personajes. Sus miradas, posiciones y gestos les darían la vida necesaria a pesar de su inmovilidad. Confiaba plenamente en que los personajes que entregaba a Darío serían filmados con el cuidado y cariño con el que los realicé. Y sin dudas, no me equivoqué. La película transmite el amor con el que trabajamos. Cada uno desde el rol que le tocó, brindó a Vicenta el cariño y el apoyo que no tuvo cuando le ocurrió todo esto.
Pero el trabajo no siempre fue simple y relajado. Un gran desafío fue encontrar la forma de guardar las escenografías ordenadamente para poder utilizarlas en el momento de la filmación.
Muchos pequeños elementos de utilería en plastilina tenían que sobrevivir al tiempo y el uso. Para eso, Darío construyó una gran estantería en su casa en la que entraban las cajas de verdulería que contenían a cada escenografía catalogada: Poder judicial, Hospital, Casa de militantes, Barrio, Despacho de la jueza, etc.
Trabajar con personas como Florencia Gattari (creadora del guión de la maravillosa y sentida voz en off), Liliana Herrero (que nos lleva por la película transmitiendonos su emoción más profunda), Agustín Manavella, Luis Camardella, Virginia Croatto y tantos otros, me transformó como persona. Desde el boceto inicial hasta la edición final, Vicenta fue un proceso de aprendizaje profesional y personal. Es muy placentero ver materializado tanto trabajo en equipo; y más cuando se trata de una causa que me representa profundamente. Vicenta me ayudó a tomar posición y darme cuenta de que desde mi lugar de artista puedo aportar algo para cambiar las cosas y lograr que el mundo sea un lugar un poco más justo.
Realizamos para la película un total de 120 personajes de plastilina (entre extras y personajes principales) y 32 escenografías de madera y cartón.
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Repercusiones a partir de su estreno
El estreno de Vicenta no fue como lo imaginábamos: La pandemia hizo que tenga que ser online. Esta idea no nos gustó mucho pero tuvo su costado positivo: mucha más gente tuvo acceso a su proyección. La primera vez que Vicenta se vio en Argentina fue en el Festival de Cine de Mar del Plata y el público la disfrutó a través de Cine.ar.
Nos llegaron muchos mensajes a las redes sociales, elogios y reconocimientos que no esperábamos. Además tuvimos la suerte de que casualmente se estuviera tratando la Ley de Aborto Legal en el Congreso y eso le dio mucha difusión. Nos llamaron de muchos medios de comunicación para que contáramos nuestra experiencia.
Aborto legal
La situación que tuvo que atravesar Vicenta con su hija es muy fuerte y de mucha desprotección por parte del Estado. Vicenta exigió que a su hija le realizaran una interrupción legal del embarazo, (aborto no punible) algo que ya era ley hacía más de 100 años. Por eso creo que esta historia nos ayuda a comprender lo importante que es conocer nuestros derechos y hacerlos valer. Más allá de que hoy también la interrupción voluntaria del embarazo sea ley, tenemos que luchar para que se cumpla.
Desde el boceto inicial hasta la edición final, Vicenta fue un proceso de aprendizaje profesional y personal.
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Vicenta me ayudó a tomar posición y darme cuenta de que desde mi lugar de artista puedo aportar algo para cambiar las cosas y lograr que el mundo sea un lugar un poco más justo.
+ Mariana Ardanaz
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Proyecciones en festivales y premios
La película estuvo viajando por muchos Festivales (ya que nosotros no podíamos). Ojalá pronto tengamos noticias de que podemos encontrarnos a verla en pantalla grande. Vicenta fue a:
- “Dok Leipzig”, Alemania (donde recibió el premio de la Crítica Internacional FIPRESCI).
- “Festival de Cine de Mar del Plata”, Argentina.
- “Hotdocs”, Estados Unidos.
- “Jeonju”, Korea.
- “E tudo Verdade”, Basil.
- “Festival Internacional de Cine de Tel Aviv”, Israel
- “Zgreb”, Croacia.
- Nominada a Premio Cóndor de Plata “Mejor película documental” y a Mariana Ardanaz por “Dirección de arte”, Argentina.
El equipo de Vicenta:
Dirección: Darío Doria
Asistencia de dirección: Agustín Manavella
Dirección de Arte: Mariana Ardanaz
Guión: Dario Doria, Luis Camardella y Florencia Gattari
Dirección de Fotografía: Darío Doria
Montaje: Darío Doria
Consultora de montaje: Eliane Katz (SAE)
Producción: Felicitas Raffo - Pamela Livia Delgado - Virginia Croatto
Producción ejecutiva: Felicitas Raffo
Elenco (Voz en off): Liliana Herrero
Producción: CEPA Cine
Sonido: Federico Esquerro
Música: Ezequiel Menallmed
Diseño gráfico integral: Martin Lehmann
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