El adiós al Maestro Quino

El 30 de septiembre del 2020 fue día especialmente triste para Argentina y el mundo , se nos ha ido un maestro ¡el gran Padre de todes les Dibujantes!

Un colega y un maestro, no sólo por su inmenso talento como creador, sino además por su enorme capacidad de trabajo, por ser un gran laburante del lápiz. Su compromiso con el dibujo y la palabra estuvieron siempre respaldados por una ética, una ideología. Él nos ayudó a muchos a espabilarnos. A observar, a pararnos y pensar desde otro lugar, a salir de los espacios de comodidad, a dejar el pensamiento único, a sacudirnos, movilizarnos. Muchos comenzamos en una época a identificarnos con sus personajes, a hacerlos nuestros, a adueñarnos de sus miradas. Pocas personas logran, a través de sus creaciones, esa identificación tan absoluta, original, única y universal. Y él nos las regaló con generosidad, una generosidad basada en el legado de una manera distinta de estar en el mundo. Hoy, la vigencia de su creación sigue en pie, y lo seguirá estando más allá del infinito. Esa forma de cuestionar la realidad con lucidez, un poco ácida, un poco tierna y con la maestría de la ironía que nos retuerce las tripas con una carcajada, para adquirir claridad.  Después de sus personajes nada es igual. Quino es identificación, es inspiración y es Patria para todos los dibujantes.

 

Palabras dedicadas a Quino en el Homenaje en vida realizado por ADA en el Día del Dibujante del año 2016.

Los colegas de la Asociación de Dibujantes de Argentina inspirados por su legado, homenajeamos a tan inmenso e infinito laburante del lápiz en este link

 

 

QUINO POR TUTE

Quinito,

Buó… piantaste. Creo que no me engaño si pienso que ya te querías ir. Hace un rato ya que querías hacer este viaje. No sé, me parece. Te fuiste desconectando de a poco con el acá y, quizá, conectando con el allá. Qué sentirás ahora, me pregunto. Siempre fuiste agnóstico. ¿Seguirás siéndolo? Buó (como decías vos)… Me quedo con nuestras charlas bien regadas con vino tinto, tus dibujos sabios, tus libros, tu humildad. Mirá que cambiaste el mundo con tus dibujitos, eh! Lo mejoraste bastante. No, no alcanzó. Nunca alcanza. No hay témpera blanca que lo corrija! Pero no es poco. Hace mil años que dejaste de dibujar y La Mafalda sigue hablando, dele que te dele. ¡Y tus páginas! Filosofía y poesía. Crítica feroz y ternura. Un pibe de 8 años y un viejo sabio en los mismos zapatos. Que se preguntaba qué habrán hecho algunos pobres sures para merecer ciertos nortes, y también, adónde van tan apurados los perros que pasan ligero por la vereda, ¿les cierra el banco? Bueno, Quinito, no te entretengo más. Esta noche descorcho un vino de los buenos y brindo por vos. Gracias por las emociones. Gracias por la franqueza, la amistad y por el cariño. Te quiero. Me voy a hacer la tira de mañana. Hablamos más tarde.

Tute

TUTE

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QUINO POR REP